Amigos y deberes aparte
Por Mario Herrera
Ser un periodista independiente en Cuba es complicado.
Generalmente asociado al concepto “mercenario al servicio de la CIA” o “agente
encubierto de la seguridad cubana”, viven en su propio mundo informativo, a
veces provocado por la incompetencia del Insensócrata y otras por la necesidad
de ganarse unos “kilitos”. Generalmente no me agradan.
A Frank Abel
García lo conozco hace más de diez años, desde que éramos un par de malcriados
y protestones universitarios; aclaro que algunas veces con razón. Somos amigos
de estudios, bares, cantinas, fiestas y parrandas. Con el tiempo cada uno hizo
su vida, con las vidas cada vez nos vemos menos, pero siempre que tenemos esa
oportunidad nos reunimos a hacer los mismos cuentos divertidos de siempre, la
misma botella alrededor, hablamos de cualquier cosa. No de política.
Hace poco leía en
Facebook un post de Daniel Palacio: “Ahora
es cuándo sabré quiénes son mis amigos”. Me preocupé.
En 2010 empecé un
curso de Narrador y Comentarista Deportivo. Lo conocí. Uno de los primeros
ejercicios es escribir. Después de un tremendo fracaso, mi segundo artículo
hizo reír a muchos y me cambió el nombre. De ahí en lo adelante fui “El
Insensócrata”. Daniel tiene un blog. Me
pidió que escribiera y él lo publicaba. Se convirtió así en mi “primer editor”
y publicador. Visor Cubano era puramente deportivo.
Leo de nuevo un post de Daniel que anunciaba un trabajo
de Yoani Sánchez, periodista
independiente “líder”, según ellos. Ahora Visor Cubano cambió su perfil. “¡Coño,
Dani! ¡No dejes que los insensócratas te conviertan en títere de otros tan
insensócratas como ellos!”. “Me cansé, mayito”.
Compañeros del
mismo curso comentaron el cambio. “¡Infeliz!”, dijo alguien. “A mí que ni me
mire”, habló otro, u otra. “Si no me saludas te pateo el culo”, le dije, “pero
no me hables de política”.
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