miércoles, 23 de octubre de 2013

Industriales en Miami, se armó el show



Industriales en Miami, se armó el show.
El reencuentro



Por: Mario Herrera

 La noticia comenzó hace algunos meses y al final se logró. Once veteranos del equipo de beisbol Industriales fueron a Estados Unidos a jugar contra ex compañeros que en otro momento decidieron vivir allá.  El empresario Alejandro Cantón dirige Somos Cuba y se encargó de todas las cuestiones organizativas. Desde La Habana recibió la ayuda del Narrador y Comentarista Deportivo Yasel Porto y del humorista Otto Ortiz.
 Por supuesto se armó la gorda. De este lado no se hizo mucho caso al asunto excepto por los más entusiastas. Las autoridades, como si no fuera con ellos. Pero en la otra orilla…
 Tengo en casa varios videos de lo que fue. Realmente hay quienes nos odian a muerte y se hacen llamar cubanos. A alguno que a otro, quizás lo entienda. Era muy niño cuando “el Mariel” pero recuerdo los actos de repudio. Un episodio vergonzoso, y como quiera, es la última imagen que se llevaron del país que los vio nacer y sumemos la manipulación para aumentar ese sentimiento. Otros siguen con su histérico ataque de histeria por lo que perdieron en manos del “Castro-comunismo”. Se inventan crímenes, asesinatos, persecuciones, espionaje.
 Jugadores fueron invitados a diversos programas. Algunos con más ética. Cierta periodista quiso vender la imagen de la abundancia a Enrique Díaz. “¡Me dicen que tienes ocho records! ¡Eso aquí se traduce en abundancia!” “Tengo abundancia, soy feliz con la decisión que tomé de quedarme en Cuba”. “¡El gobierno de allá no los deja jugar aquí en las Grandes Ligas!” “No, es el de Estados Unidos, las leyes del embargo, las que no permiten que los cubanos que vivamos en Cuba juguemos aquí” (dijo Yasel Porto) “Sí dejan” “No, no dejan”. Entonces entra Cantón: “No pueden, el embargo no permite…” Interrumpe la periodista.
 Eso sí, casi todos con una misma pregunta que haría también si hubiese estado ahí: “¿Por qué no en La Habana?”
 Pero abro otros videos y veo los de Villagranadillo. ¡Qué show! “¡Ya está aquí Vigilia Mambisa, salió la primera guagua y ya va a salir la segunda para protestar contra la presencia de los mercenarios, espías, asesinos, perros de la dictadura……..!”
 Llegaron al estadio en Tampa y se unieron los de las dos guaguas que en total llegaban a la cifra de…veinte personas. Se pararon frente a los que hacía la colita para entrar y empezaron a gritarles de todo.
La brigada anti industrialista
 Mi suegro estuvo por allá en 2010. Cerca de un mes, a visitar a su hijo. Se reencontró con muchas personas de su generación. Tenía setentaicinco años. Lo nombraron, solo de verlo, Coronel de un ejército de liberación de…ocho integrantes. Había otro de dieciséis. A todos los convocaban  como una vez al año, si acaso, para mítines y les pagaban veinte dólares por la gracia.
 Pero vi más. Un panel despotricaba contra el país. Algunos decían que el hecho de que lo celebraran allá era una victoria; una señora lo llamaba desvergonzado y gritaba “hasta cuándo tenemos que ceder los verdaderos cubanos, que hemos sufrido tanto en Estados Unidos, por qué siempre cedemos nosotros y no los asesinos, el tirano Raúl Castro…”
 En fin, protestas, la famosa aplanadora amarilla, los cuatro gatos, la periodista, los funcionarios, los abogados, los políticos, las brigadas y ejércitos de liberación no pudieron con todo aquello. Se jugó. Se reencontraron viejos amigos. Otros no fueron. Me rompió el corazón ver ausencias notables, pero esos tienen negocios en Miami y no pueden, y uno de los héroes más queridos del equipo capitalino preguntó cuánto le pagarían por ir.
La pundodorosa y... pundodorosa aplanadora amarilla
 Se llenaron los estadios para verlos. El show anticubano fuera del terreno (por veinte minutos autorizados por la policía), uno que salió con un cartel al banco de los de esta orilla, principalmente a provocar a Padilla y Javier Méndez. Luego fue arrestado.
 Si. Ojalá hubiese estado ahí para verlo. Solo me queda conformarme con las imágenes. El cubano de a pie lo disfrutó. Se logró el objetivo. La Habana debe devolver la fiesta.

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