Por: Mario Herrera
El mundo entero
gira alrededor de la Brazuca. Treinta y dos selecciones buscan desde hoy y
hasta el próximo 13 de julio quién portará el escudo de Campeón del Mundo por
los próximos cuatro años.
Tarea difícil para
cualquier equipo en un mundial contradictorio, lleno de lesionados, la lista
asciende a unos cincuenta y cuatro, conflictos políticos nacidos de intereses
privados y comerciales.
Cuando alguien
pregunta quién ganará les digo que lo hará el que venza al rival que tenga
enfrente en el séptimo duelo.
Pero no quiero
hablar de lo que todos hablan por estas fechas. Mi intensión es con los míos.
“Una medida justa
y necesaria”, así tituló el diario Granma una información que anunciaba la
posible contratación de los atletas cubanos en ligas extranjeras siempre y
cuando regresaran para los principales compromisos. “Sin prisas pero sin pausas”
decía acerca de la aplicación de la norma.
Ya el beisbol vio
cumplirse pero todavía hay pausa. Sin embargo, ¿qué hay con nuestros futbolistas?
Durante el pasado
mundial sub-20 el equipo cubano sorprendió por su físico y talento
futbolístico. Informaciones que he podido tener dan cuenta del interés de
determinadas instituciones por nuestros muchachos.
De concretarse
podríamos ver a Daniel Luis Saenz quizás en el Borussia Dormunt seguramente
impresionados por los 1.94 de estatura, la velocidad y tranquilidad con que juega
y domina la media cancha; tal vez Maikel Reyes con Totteham, o al “Chino”
Morales con la U de Chile.
Pero parece que
demora, la pausa otra vez es larga, el tiempo pasa y cómo mismo esos muchachos
impresionaron, aparecen otros que llaman igualmente la atención.
“Sin prisas, pero
sin pausas”. Aún pienso en el significado de esas palabras pero pienso en los
muchachos que no lo creerán hasta que lo vean.
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