Por: Mario Herrera
El pasado sábado fue un día fatal para
cualquier equipo de softbol de la prensa que no fuera Prensa Latina. Realmente
fueron afortunados.
En un partido definitivo contra Prensa Escrita
todo empezó mal para ellos. El equipo en el que milité esta campaña (además de
Bucaneros del ICRT que me cedió a Estudiantes que a su vez me dejó marchar a
Prensa Escrita) fue un remolino, marcó la diferencia. Carlos Michel Fonseca
estaba encendido con la velocidad y la defensa nuestra se comportó a la altura
hasta el séptimo arriba, cuando ganábamos por dos, hombres en primera y
segunda, dos outs, y con un rolata al box pasábamos a la final frente a los
Bucaneros, pero entonces el que nunca fallaba…falló. Carlos Michel se enredó; y
detrás del error…la cuestión fue de cinco por debajo y un final del séptimo de
uno, dos y tres.
Yo, vi los toros desde la barrera, era
emergente en ese final si alguien se embasaba, pero no pasó y con la molestia
doble, la de no jugar y la de perder me disponía a retirarme.
Ahí me llamaron los Bucaneros. Estaban
incompletos, les faltaba un jugador y con tal de no haberme levantado temprano
para no actuar, bueno, me alisté.
El fin de semana anterior, los del ICRT súper noquearon
a los de Prensa Latina por un verdadero
montón a casi nada. Este era un partido que pintaba para repetir, pero de eso
nada.
Desde el inicio las cosas salieron mal y
encima los miembros de la nave pirata empezaron a discutir entre ellos lo que
asesinó de una vez y por todas las posibilidades de remontar. Cuando las cosas
se normalizaron (tras la ventaja de doce carreras en dos entradas) y empezamos
a remontar, un jonrón con bases llenas de Osmany Torres (segundo del día para
el ex capitán de la selección nacional de fútbol sun17 en 2005) amplió de nuevo
la ventaja para poner el marcador de ventaja inalcanzable.
“¡Bucaneros ICRT es el eterno segundón!”, gritaba
Dayán García. El sábado dos de agosto se jugará el segundo y de ser necesario,
el tercer encuentro de la Final de este torneo. De todas formas me invitaron de
nuevo a esos partidos por los Bucaneros que si pierden, de todas formas tienen
garantizada una buena fiesta de despedida.
Para mí, solo el record de haber militado en
tres equipos de una liga de cuatro.
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