jueves, 28 de agosto de 2014

El extraño caso del fichaje de un futbolista cubano

(Tomado de Mi punto de Penalty)

Por: cmg-vs-cav8

No se si el chino me estaba “inflando” con su jerga reguetonística. Tenía que cerciorarme. Entonces supe de su presencia en los entrenamientos del equipo de futsal de Camaguey. Hasta el recinto de la Polivalente me mandé bajo un sol abrazador, excitado por la corriente de los valores noticia.
Le hablé  sin muchos rodeos, y para que no hubiese distancia en el diálogo también puse en práctica mis habilidades léxicas del farandulezco diccionario de la calle.
“Chama, ¿qué hay? Me dijeron que firmaste en Suiza.”
Y la conversación resultó breve pero interesante.Pues resulta que a Keyler García, ex miembro de las selecciones nacionales en todas las categorías inferiores del futbol cubano, le ficharon en la tercera división del balompié en Suiza. Y lo tremendo es que no tuvo que agenciarse ningún papelito de Cubadeportes. Se convirtió por obra y gracia de las nuevas leyes migratorias de este país en un verdadero pecador ante la Santa Inquisición.

“Acá me dijeron que me olvidara del equipo nacional. ¡Qué gracia me da! Hace dos años, en mi mejor momento, me desaparecieron de cualquier convocatoria. Estuve en giras en Jamaica y Bolivia… de titular. Luego recuerdo, que para los viajes a Estados Unidos no aparecía en la lista. Creían que me iba a quedar. Recogí y no jugué más hasta este año”.
Sí, porque el Chino es medio desquicia´o. Lo conozco desde que compartíamos equipo en la EIDE (Escuela de Iniciación de Deporte Escolar). Siempre fue mimado porque talento le sobraba. Tiene 24 años y aún lo conserva.
Lo borraron del mapa los de la Federación Cubana. Tal vez por esa cantidad excesiva de tatuajes sin sentido y su currículo de arrebato que incluyó algunos desperfectos disciplinarios en su primera gira por Alemania en 2009.
Pero en 2014 corrió con mejor suerte.
“Fide, yo fui a Europa por invitación. Encontré una cancha de entrenamientos de un club. Un amigo español me hizo las gestiones. Me dejaron entrenar dos semanas sin compromiso. Luego me pusieron a jugar en dos juegos contra un equipo de segunda. Lo hice bien, y hasta anoté un gol.
“Me quedé frío con las condiciones de esa gente asere. Si ves en los estantes la cantidad de licras, tacos, medias, shorts, esparadrapo. Tenían como 7 canchas, sin mentirte, tres sintéticas.”
Le interrumpí para preguntarle por el nombre del equipo y las condiciones del contrato. Entonces el Chino Keyler  sacó  a relucir sus dotes culturales sobre el tema.
“Mira estuve en una ciudad de nombre rarísimo . El club de allí pertenence a la filial del Grasshopper en la Tercera División. El español que andaba conmigo me tradujo lo que decían esa gente, porque yo de alemán no entiendo nada. Ellos le dijeron que tenía condiciones  para jugar con ellos.
“No sé cuánto me van a pagar, lo que sea me va a dar pa´ vivir. Yo aquí jugaba por amor al arte y cuatro latas de refresco. Allá me puedo hacer persona, man.”
Aproveché para darle algunos consejos. Tuve que darle la vuelta para que no se sintiera ofendido. En honor a la verdad, Keyler entiende muy poco eso de ser profesional.
“Fide, todo está fresa me voy dentro de una semana. Ya tengo listo los papeles, el mío.”
Continúo su corre corre sobre el tabloncillo, se veía motivado. En cada sprints se le iba la vida   . Parecía un agente libre de la MLB con 32 propuesta en Las Mayores. Tal vez algún día ascienda y tengan que editar algún partido del programa televisivo GOL 360 por la presencia de un cubano en la Bundesliga.
A su regreso prometo postear sus experiencias, digo, si Keyler no se me hace el suizo.

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