Por: Abraham
Jiménez Enoa
Con la decisión,
todo se le detuvo a Raidel Hierrezuelo. Pasó a ser esclavo del tiempo, presa de
una sensación arrolladora de desespero. Sus dos últimos años en Cuba fueron
angustiosos. Después que plantó su renuncia de la selección nacional de
voleibol, en 2012, la vida le cambió. Desde aquel entonces nada ha sido igual.
De ser el
acomodador -la cabeza pensante de una generación talentosísima de jugadores que
pudieron, cómodamente, haber conquistado todos los mondoflex fuera de casa-
pasó a estar hacinado en una coqueta casita color mamoncillo en una de las
zonas más humildes de la barriada del Casino Deportivo, en La Habana.
Para desligarse de
la selección nacional tuvo que dejar de amansar pelotas después del primer
toque para volcarse contra la pared, la nada, por más de de dos años jurídicos.
Estuvo fuera de toda actividad competitiva, incluso, en caso de que en ese
período asomara alguna oferta desde el exterior husmeando en su ficha, tendría
que abortarla, no podría acceder a ella porque la Federación Cubana está
facultada para impedir tales convenios hasta que se haya cumplido el plazo de
la determinación.
No le quedó
alternativa: esconder el reloj del cuarto y tirarse a la cama, con su cuerpo
extendido pero sin levantar la vista, sin que la pose lo remitiera al pasado, a
rondar cavilaciones que, de vez en cuando, lo plantarían en medio del caluroso
arrebato del supremo graderío del Coliseo del cerro: pasando de espalda con un
salto medio, sin mirar, para impulsar la Mikasa con la yema de sus diez dedos
hasta encontrar otra mano con la palma abierta.
Dos años no son
poca cosa para un atleta de primer nivel; si bien su decisión de bajarse del
coche del equipo Cuba descansaba en la idea de poder dar un brinco cualitativo,
económico y deportivo, ante ese impasse al que debía someterse se elevaba un
gran peñasco: la forma física. Un riesgo que Hierrezuelo debía asumir y que
tendría que suplir con su propio esfuerzo. Raidel se pasó meses a base de
planchas, abdominales y algún que otro ejercicio físico que pudiera ingeniarse
con el apoyo de su propio cuerpo y los pequeños espacios que le dejaba la
casita color mamoncillo.
Y para ponerle aún
más arduo el trabajo, en ese trance nació su primer hijo, al que ahora solo ve
en fotos. En fotos porque ya Hierrezuelo el pasado marzo cumplió con lo
establecido, ya estuvo par de años sin entrar a un tabloncillo y ahora se ha
marchado como muchos otros. En octubre pasado le pregunté si tenía ofertas de
clubes foráneos y con una sutil cautela me respondió que no le faltaban pero
que no era prudente adelantarme nada, no fuera a hacer que lo perjudicara.
Hace un par de
días, en Facebook, ya me puede responder. “He firmado un contrato por dos
temporadas con el Halkbank Ankara de Turquía, ahora mismo me encuentro
entrenando para alcanzar el nivel de hace un tiempo atrás. Estoy enfocando en
hacer una buena pretemporada ya que este conjunto participa en tres torneos: la
liga, la copa y la Champions de Europa”.
Hierrezuelo llega
al plantel para sustituir al veterano armador carioca Rafael Vieira quien
abandonó la plantilla tras el mercado de pases en Europa. Raidel tendrá el
privilegio de brindarle balones por aire al que para muchos es desde hace poco
menos de un lustro el mejor voleibolista del planeta, el cubano Osmany Juantorena,
que arribó a la entidad desde la pasada temporada. El santiaguero es el eje de
la formación del Halkbank junto a su fiel escudero búlgaro Matej Kaziyski,
quienes juntos se cansaron de ganarlo todo con el Trentino Volley de Italia y
ahora se han mudado a Turquía atraídos de sobremanera por una mejora salarial.
Con la mirada
puesta en el inicio de la temporada en septiembre próximo, Raidel dijo que “la
adaptación al club ha sido satisfactoria, los propios jugadores me han abierto
las puertas sin ningún problema y eso me ha ayudado a poder acoplarme al equipo
sin muchos inconvenientes. Lo que más me ha costado ha sido el cambio de hora y
el clima, son siete horas de diferencia con respecto a Cuba y por las noches
hace mucho frío”.
- ¿Tienes
competencia en tu posición para ser titular?
Ahora mismo mi mente no está enfocada en ser titular o
suplente. Lo único que estoy haciendo es trabajar duro para suplir todo ese
tiempo de inactividad que tuve en Cuba. Además, francamente, cuando uno de
estos equipos te contrata es para ser titular, créeme.
- Por
acá, muchos ruidos y pocas nueces, se sigue hablando pero nada en concreto con
respecto a ustedes los voleibolistas que están fuera del país. ¿Sabes de alguna
buena nueva?
La Federación
Cubana sigue regodeándose en el asunto, dicen que van a dar la posibilidad de
que los cubanos se contraten en el extranjero, cosa que sería muy buena para
elevar el techo del voleibol cubano, pero con respecto a los jugadores que
están jugando fuera de Cuba aún no se ha tomado una decisión.
- Supongo
que hables con varios de los voleibolistas cubanos que están jugando fuera de
Cuba. ¿Qué opinan sobre la situación actual del voleibol cubano?
La verdad que no
hablamos mucho, casi no nos vemos y cada quien se centra en lo suyo, solo los
que geográficamente están cerca se comunican más seguido. Del voleibol te puedo
decir que si no se toma una decisión bien pronto, esto va a ir más para atrás,
si no cambia la mente, nos vamos a hundir. Ahora mismo ya hay demasiados
equipos por encima de nuestro nivel, equipos que por demás anteriormente ni en
sueños les pasaba la idea de estar por encima de Cuba.
- ¿Ha
pasado por tu mente nacionalizarte?
No te puedo dar
muchos detalles al respecto, pero no dejo la puerta cerrada del todo, en un
futuro podría ser. Lo único que quiero en la vida es jugar voleibol y si no me
dejan jugar con mi país, por qué no hacerlo con otro.
- Si
te llamaran a la selección nacional de Cuba, ¿volverías?
Eso me lo pregunto
todos los días, el por qué después de tanto tiempo no se han decidido a llamar
de una vez y por todas a los jugadores que de una forma u otra han salido de la
selección. Todo lo contrario, si lo que hemos hecho es darle alegría a ese
pueblo, quererlo y ahora que uno está lejos no hace más que extrañarlo. Pero
después de tantas cosas que han pasado, si esa llamada llegara a existir,
habría que pensarlo varias veces, antes se deben cambiar algunos puntos.
Dicho por los
mejores técnicos del mundo, el único país que pudiera derrotar a Rusia es Cuba,
pero para lograrlo necesitamos unirnos. Sin dudas, si todos los jugadores que
estamos fuera nos uniéramos, Cuba fuera campeón olímpico con los ojos cerrados.
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