Por: Mario Lara
Del
Caribe y América tras el magro empate conseguido en el día de ayer por
la selección cubana de futbol ante el seleccionado de Trinidad &
Tobago, mismo que dejó a los nuestros en el segundo puesto del grupo y
por tanto sin la opciones de revalidar el título de Campeones de la
última edición y de mantener el sueño de ir a la Copa América del 2016,
dejándonos la clasificación a la Copa Oro del próximo año como único
aliciente.
Confieso
que no pude ver los 90 minutos del partido y que por cuestiones de
trabajo sólo pude verlo a retazos, pero en los minutos que pude apreciar
mi opinión es la misma que la de todos aquellos que si pudieron ver el
partido en su totalidad, a Cuba le faltó ambición y le sobró conformismo
ante una Trinidad a media máquina a la que se le pudo haber ganado.
En
los primeros compases del partido Cuba pareció que tenía intenciones de
llevarse algo más que un empate y dos buenas intervenciones del portero
trinitario impidieron la caída de su meta a lo que se unió un clarísimo
penal a favor de los nuestros no pitado por el central del partido pero
lo que pareció terminó convirtiéndose en un espejismo y los dos equipos
se enfrascaron en un juego monótono en el que los dos equipos
parecieron más interesados en no perder que en ganar el choque y el
resultado obedeció a la táctica y deseos de cada uno siendo el empate el
resultado más justo por lo visto en el terreno.
Cuando
esperábamos ver a esa Cuba peleona, con carácter que se vio frente a
Curazao, nos quedamos con una falta de apetito y conformista, esa que
nos deja más en la retina las señales de Corrales al resto de su equipo
pidiendo calmarse, no apurarse o la de Diosvelis Guerra demorándose un
mundo para reiniciar en los saques de meta que la de las interminables
carreras y gambetas de Arielito o la entrega total del Beto, quien por
cierto se salvó de una tarjeta roja por una entrada a destiempo o los intentos de Puga o Coroneaux durante la primera mitad.
Cuba
era la Campeona, Cuba era la necesitada y salvo por las salvedades ya
expuesta pareció ser la menos necesitada, a la que el empate le servía,
pedir más a los muchachos pudiera ser injusto si se tiene en cuenta la
pobre preparación que recibieron, pero lo cierto es que las ganas de
pelear no se obtienen con grandes preparaciones, esas vienen desde el
banco, se inculcan desde el banco y si al jugador se le exige preservar
un resultado y jugar de una manera a eso se ajustará y tratará de
cumplir el plan que se le asigna.
Se
pudo ganar es el mensaje que una y otra vez recibo en mi correo, en mi
facebook, en mi teléfono, se pudo haber ganado, pero no se pudo porque
nos conformamos, porque se obtuvo la victoria pírrica de clasificar a la
Copa Oro del próximo año, a costa de repetir el título de Campeones o
ser el representante caribeño en la Copa América, se habrá cumplido el
objetivo de algunos, pero estoy seguro que no el de los jugadores
quienes con toda seguridad hubiesen querido volver a levantar la Copa.
Nuevamente
la mentalidad conformista y rígida de algunos nos priva de una
celebración habrá que repasar nuevamente los objetivos y como he dicho
anteriormente trazarnos metas más altas si no queremos quedarnos
estancados, y si sabemos lo difícil que es poner junto un equipo de
futbol en Cuba, pero que jueguen o no, que tengan ambición o no nada
tiene que ver con eso y si de quienes planean los partidos pues las
dificultades y problemas de preparación siempre han existido, pero la
garra y ambición han dependido de quien da las órdenes en el banquillo.
SE hubiera podido ganar, si se hubiera podido, pero no ganamos y ahora tendremos que conformamos con lo que pudo ser y no fue.
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