jueves, 19 de febrero de 2015

Del futsal a la indisciplina



Por: Mario Herrera
 
 La verdad este será uno de los trabajos que más tristeza me de escribir.
 Por estos días y como hemos dado datos al respecto, se celebra en la sala polivalente Kid Chocolate (o lo que queda de ella) el Campeonato Provincial de Futbol Sala de primera categoría. La tristeza como es lógico no viene del evento sino de la gente.
 Actos de violencia catalogable “Más que Estúpida” aparecen entre algunos de los malos aficionados que asisten a la depauperada instalación que ya bastante hace con prestar sus servicios con las luces básicas.  Sí, la nueva horda de “bravucones”, “guapos” invade y no solo desde la grada, también asiste, corre, marca goles en el tabloncillo.

 Esto hace que sea necesaria la presencia de las autoridades de la policía que por supuesto asistió un par de veces. Pero dejó de hacerlo. Los calores lograron que en algún momento las gradas se encendieran y la cosa terminó en el tabloncillo; por suerte se trató solo de algunos que entraron a protestarles a los árbitros del partido, muy mal pagados, por cierto.
 La decisión fue elemental: Jugar a Puerta Cerrada. Lamentable, sí, pero no es el colmo.
 El pasado martes había un duelo atractivo, Habana Vieja contra Habana del Este, más de mil personas esperaban afuera para entrar… las luces nunca encendieron.
 “La mejor manera de enfrentar la desgracia es prevenirla” me comenta Roberto Cuzo, miembro del Comité Organizador del evento. “Ya hace rato hay gente que dice que va a hacer y cuando te pones a ver, lo hacen”. De hecho, se suspendió la jornada completa y se acomodará en otro momento.
Los agentes de la policía… bien, gracias, supongo.
 Ahora hay varios problemas a analizar. Primero: ¿esta es la verdadera sociedad cubana? ¿Esta cantidad de individuos que no entienden nada de educación y que cuando andan en grupo son más malos que el Diablo? ¿Qué vamos a hacer al respecto?
Dos: La mayoría de los jugadores de estos equipos vienen de la calle, son muchachos que no han pasado por academias de futsal (si es que existen y yo las desconozco), algunos crecieron en lugares y hogares complicados por lo que heredaron las costumbres; incluso puedo decir que entre ellos hay quienes encontraron en el deporte organizado una alternativa de vida. Entonces por qué no aprovechar por parte de las autoridades policiales una ventaja, un trabajo adelantado por voluntad propia y casi sin saberlo del individuo para encaminar su rumbo.
 Tres: Ya no es la primera vez que sucede. Si usted es habitual de este blog debe haber leído los trabajos del año pasado y verá que se repite el problema, entonces por qué no cambiar de sede si las autoridades parecen prestar oídos sordos a la necesidad de su presencia, para otro lugar donde sí se tenga conciencia de trabajo. (Claro este es el punto más difícil porque hay que tener en cuenta que “todos los caminos conducen a La Habana Vieja” y la sala es la sede por excelencia del futsal en Cuba).
 Cuatro: Este problema  ¿tiene o no solución?
 Cinco: ¿Por qué no han venido los Agentes del Orden Público a la instalación? ¿Por qué tan poca importancia si conocen la Situación Operativa?
 Seis: ¿Qué demonios nos pasa a los habaneros que tenemos a veces cosas buenas y no tenemos la menor idea de cómo disfrutarlas?
 Siete: Póngala usted.

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