domingo, 26 de julio de 2015

No me alcanza la medalla de la dignidad



Por: Mario Herrera
 
 Los juegos panamericanos en Toronto terminan, son historia desde la noche de este domingo. Para los cubanos llegó lo predecible desde hace un buen tiempo: ya no quedamos en la segunda posición del medallero general por países que desde 1971 hemos tenido, a excepción de La Habana 91 cuando ganamos sobre Estados Unidos.
 Cálculos hechos desde nuestros especialistas dentro y fuera del INDER daban a Cuba la posibilidad real de terminar segundos a pesar de tantos procesos tronchados. Pero no se cumplieron. Llegar a las más de cincuenta medallas de oro fue un sueño casi irrealizable y no cumplido.

 Habrá entonces quien ahora discurse con la medalla de la dignidad y sí hay medallas dignas y resultados más que dignos. Yarisley Silva y ese título y record panamericano me erizan la piel solo de pensar en ello. Todos los que no ganaron podio pero hicieron lo mejor de sus vida y en el peor de los casos, lo mejor de la temporada. Lisandra Guerra y ese accidente tremendo, la imagen del pedazo de madera que atravesaba la piel de la matancera y las declaraciones suyas de que quería volver a competir pero no la dejaron.
 Cumplieron para mí los boxeadores cuyas coronas fueron descaradamente arrebatadas como si fuera 1996. Cumplieron y merecen la medalla de la dignidad los que no estaban en planes y lo hicieron. Cumplieron para mí los que debían tener un equipo que los apoyara pero sus compañeros decidieron emigrar en medio del evento.
 Los remeros y remeras (para que no me hablen de la cuestión de género después) se superaron a sí mismos de manera espectacular, en fin, todos los que hicieron lo que tenían que hacer. Ver cosas espectaculares y sobre todo si Cuba está envuelta en ellas es emocionante.
 Pero también hubo cosas defraudadoras. Ese partido de voleibol contra Puerto Rico, el de las mujeres contra Estados Unidos. Las cubanas del baloncesto, aun creo que pudieron ganarle a Estados Unidos la semifinal.
 Mi gran decepción fue el beisbol. Es el deporte nacional de nuestro país, se le destinan grandes sumas, es el único que tiene un calendario respetable, extenso y con todas las condiciones en detrimento del resto y no se corresponde ese resultado tan mediocre como un tercer lugar panamericano (y la alegría que causó) con los esfuerzos que realiza el país para su desarrollo y menos aún si son nuestros mejores hombres. Lo más preocupante es que ese mismo equipo estará en el Premier 12 de noviembre y sería el del Clásico Mundial de 2017.
 Hay deportes que habitualmente hacen magia. El tiro es uno de ellos pero este año sí tuvieron una preparación con condiciones y hubo tantos fallos que no creo. Me decepcionan las medallas que ya estaban contadas y no llegaron nunca. Me decepciona una final del Judo sin combate, o sin que el que está arriba en el tatami muestre de qué es capaz realmente, por qué es campeón mundial, por qué está por mérito propio en una final. En fin, creo que se hizo esfuerzos para que hubiese más probabilidades y no creo que toda una preparación para un evento se pierda por no ser tu día.
 Pero igual hay cuestiones ajenas. Las salidas de los atletas de la delegación que migran a Estados Unidos es un golpe ya habitual. Hay que pararlo de una vez pero cómo. Para mí es un fenómeno que no tendrá solución hasta que Cuba tenga una economía que haga poco atractivo migrar pero además, la tan esperada contratación de atletas es muy pobre. Cierto es que el INDER no contrata, pero también lo es que a pesar de decir muchas veces que “el hombre es lo primero”, pocas veces he escuchado a los atletas decir que alguna vez le han preguntado qué quieren.
 Terminar en cuarta posición espero que haga que se tomen decisiones importantes y trascendentales. El cambio de dirección en el INDER poco antes de este proceso panamericano le quita luces acusadoras a la dirección saliente y las pone injustamente (a mi criterio) sobre la nueva. Debe hacerse ciencia, y creo que hasta magia para recuperarnos. No hacerlo traerá problemas más que serios, y pienso hasta en la identidad nacional, en la influencia de héroes de otras latitudes adorados por encima de los nuestros.
 Considero que debemos convocar a los emigrados que no han abandonado a sus selecciones en eventos internacionales, o sea, llamar a los MLB, a los voleibolistas que tenemos por ahí con unas ganas enormes de ser llamados de nuevo y que emigraron porque se sintieron dejados a un lado desde varios puntos de vista, emigraron porque no tiene anda que ver su generación con las anteriores y por supuesto, los intereses son diferentes. Considero que o se toman esas medidas o habrá una pérdida irrecuperable de la cubanía y todo por lo que se ha luchado durante más de cincuenta años.
 No nos gustan los perdedores, nunca nos gustaron. Nuestro beisbol se ha hecho perdedor, nuestro voleibol es perdedor en este momento, hemos perdido la segunda posición continental y terminados cuartos. ¿Qué será lo próximo?


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