viernes, 16 de septiembre de 2016

Selección cubana en Colombia, el reto



Por: Mario Herrera

 
 Esta tarde Cuba se las juega de todas, todas, de cara a tener al menos, un ápice de esperanza de cara a la fase de octavos de final de la Copa Mundial de Futsal con sede en Colombia.
 Tras un inicio desastroso frente a los subtitulares africanos, ese gol de Alejandro Marrero pudiera darnos ese respiro ansiado. Pero la verdad, es que está complicado y casi imposible.

 Los nuestros tienen un balance de menos nueve goles, igual que los australianos, pero ya estos acumulan tres unidades. Ya el resto de los terceros tienen al menos tres unidades, a excepción de Colombia con dos, debido a igual cantidad de empates. Terceros de momento con balances negativos, Vietnam con menos cuatro, Irán, menos dos. O sea, que sería un milagro si le ganamos a Rusia, Egipto pierde contra Tailandia y encima, les anotamos más de diez, mínimo.
 Muchos errores defensivos. Poca solidaridad a la hora de apoyar a los arqueros que también tuvieron su parte.
Se logró una clasificación mundialista, algo que no todos pueden hacer (México y Estados Unidos no lo lograron en nuestra área), pero la ambición debe ser mayor.
 Una gira, que según leí ya es problemática y no por culpa de los atletas, unos partidos de nivel, no borrarán la diferencia. Lo único que harán es mostrarles a los jugadores, variantes que aquí no ven, alternativas de respuesta que no acostumbran, debido al nivel acumulado por años de trabajo en otras naciones.
 Nosotros, como el cangrejo, como el deporte cubano en general, nos hemos quedado atrás.
 Cuando todos abogan en el mundo por permitir que las empresas patrocinen los eventos y torneos nacionales de clubes, nosotros nos cerramos y cada vez se juega menos.
 Panamá y Costa Rica son la muestra viviente de cuánto se puede hacer con voluntad de desarrollar determinado deporte.
 Nosotros cada vez tenemos menos torneos. EL campeonato nacional se reduce a un evento de una semana donde los ganadores y subtitulares acumulan la espléndida cifra de…. Cinco partidos jugados. El ascenso también es prácticamente un chiste, si no, pregunten qué pasó con el Industriales del año pasado, cómo fue su viaje a Las Tunas, y cómo, a pesar de ser de la misma provincia, cayó con La Habana en el mismo grupo, solo para evitar que se cruzaran en la final.
 La lista es larga y al final, solo pagan los atletas. Los insensócratas aprovechan para limpiarse y de paso, un viejecito por aquí, otro por allá, y la gente critica entonces al que está en la cancha, al que no aprende más que con la teoría, al que juega con su corazón y su bolsillo, aquel que hasta quizás se conforme con llegar al mundial.

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